Ingresé en la 2ª promoción de la E.U. de Graduados Sociales de Cádiz, saliendo
diplomado en agosto de 1994, solicitando el alta e ingresando en nuestro Colegio
Oficial en octubre del mismo año. Tras las aspiraciones que existía en nuestro
colectivo de ampliar y dignificar nuestra titulación y como vía de ampliar las
perspectivas profesionales, en cuanto se implantó el segundo ciclo, ingreso en la 1ª
promoción en la Facultad de Ciencias del Trabajo de Cádiz, saliendo licenciado en
julio de 2004, para posteriormente realizar el tercer ciclo, realizando los cursos de
doctorado y obteniendo el Diploma de Estudios Avanzados en enero de 2007.
¿Qué te impulsó a ser Graduado Social?
Llegué a ser Graduado Social por la influencia de mi padre, José Puente García,
colegiado nº 144 del antiguo Colegio Oficial de Andalucía desde febrero de 1962 y
colegiado nº 8 del Colegio de Cádiz desde noviembre de 1974 cuando se fundó y el
que ha sido mi referente tanto en mi vida académica como profesional, ya que tenía un
amplio bagaje profesional, simultaneando el ejercicio profesional de su despacho
privado con el de Graduado Social en los Servicios Jurídicos de la Armada en la Base
Naval de Rota, desde 1972 hasta 1997 y del que tanto he aprendido para encauzar mi
vida laboral.
¿Cómo ves ahora la profesión?
En el momento actual veo bien situada la profesión, ya que tras conocer cómo ha ido
evolucionando, sobre todo en las décadas de los ochenta y noventa, con el dinamismo
propio de la actividad profesional tan cambiante, la polémica en el uso de la toga, la
posición en estrados, las nuevas funciones, en especial la posibilidad de firmar el
recurso de suplicación, la asistencia jurídica gratuita, hasta conseguir hoy en día la
igualdad con el resto de los operadores jurídicos etc., nuestra posición ha cambiado
significativamente, aunque no por ello hay que dejar de seguir luchando para
mejorarla.
Pero en particular, lo que he vivido con más intensidad, ha sido cómo ha evolucionado
los estudios académicos conducentes al ejercicio profesional y como aquel antiguo
título otorgado por el Ministerio de Trabajo, se transformó en un primer momento en
una diplomatura y posteriormente en una licenciatura hoy grado universitario, en la que
nos hemos equiparado académicamente con el resto de operadores jurídicos y que
presentó una notable incidencia sobre nuestro espacio profesional, ya no somos los
hermanos menores de nadie. Esta situación permite que un buen número de graduados puedan optar a opositar en el grupo A de la Administración Pública, lo cual amplía el abanico y el horizonte profesional de muchos.
¿Qué opinión te merece el Colegio? ¿Crees que ha defendido y defiende los intereses de los Graduados Sociales?
Soy miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Cádiz desde Abril de 1997 y a lo
largo de todos estos años, he visto al colectivo adquirir un prestigio social fuera de
toda duda. Y, no sólo por el gran número de funciones y roles que tenemos, sino
también por el espíritu de trabajo y sacrificio que cada uno en su trabajo diario ha
demostrado y cuya resultante es la consolidación en definitiva de la profesión a través
del elenco de actividades que cada uno desarrolla, tanto en la empresa privada, en la
función pública o en el ejercicio libre de la profesión.
Actualmente, mi empeño dentro de la Junta de Gobierno es impulsar que nuestro
título, hoy grado universitario, de cara a las diferentes ofertas de empleo público, que
en cierta forma sigue estando en situación de desigualdad para acceder a determinados puestos, se tenga en valor, ya que su regulación es antigua y dispersa. En concreto se instó para que la Administración Local, dado que el contenido jurídico-administrativo de nuestra carrera nos habilita perfectamente, que se pueda acceder a la Escala de Administración General, lo cual fue aceptado por el Instituto Nacional de Administración Pública y hoy forman la base de las convocatorias. Igualmente, para
que no se nos discrimine con otros titulados en las oposiciones para puestos de gestión y dirección de recursos humanos, ya que consideramos, que somos los mejores preparados para esta materia.
Y por último para el acceso a las Escalas y Especialidades de las Fuerzas Armadas,
en concreto para el Cuerpo Militar de Intervención, totalmente habilitante ya hoy por
hoy nuestra titulación, pero no en el de la especialidad de Intendencia, en el que se
incluye a muchas titulaciones de la rama de conocimientos de las ciencias jurídicas,
excepto nuestro grado universitario y, por lo tanto se han iniciado las gestiones para
que desde nuestro Consejo General, el Ministerio de Defensa incorpore nuestro título
como habilitante a pie de igualdad con los ya existentes.
Por lo tanto, veo que la labor del Colegio Profesional de representación institucional y
defensa de nuestros intereses me ha parecido ejemplar y la misma la elevo, a mi
parecer, a cuotas meritorias, ya que está presente en todos los aspectos de la vida
social que incide en nuestro colectivo, la vertiente académica, el aspecto formativo o
en definitiva todo lo que dignifica la profesión, ya que participa en todos los aspectos
de la vida pública y de participación con numerosos organismos públicos y privados en
el intento de conseguir siempre una mejora. Considero que los colegios profesionales
son una parte esencial para transitar, sobre todo, en estos tiempos tan difíciles y de
tanto cambio.
